El aguaje es uno de los frutos más emblemáticos de la Amazonía peruana. Más allá de su alto valor nutricional, representa una fuente de identidad cultural y sustento económico para miles de familias. Crece en los aguajales, humedales esenciales que regulan el clima, almacenan carbono y albergan una biodiversidad única.
En la ciudad de Iquitos, capital de Loreto, se consume alrededor de 8 200 toneladas de aguaje al año (Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, 2024). Esta demanda sostenida pone una presión significativa sobre los aguajales y las comunidades que dependen de los frutos.
La forma tradicional de recolección, basada en la tala de palmeras hembras, está comprometiendo la regeneración natural del recurso, afectando tanto la biodiversidad de los humedales como el futuro económico de sus pobladores. Promover prácticas sostenibles como el escalado de palmeras en lugar del corte no solo es posible, sino urgente. Representa el camino para asegurar que el aguaje continúe siendo fuente de vida, cultura y desarrollo para la Amazonía.

Consciente de esta necesidad, Green Gold Forestry (GGF), en articulación con GERFOR y OSINFOR, ha desarrollado entre los meses de marzo y julio una serie de jornadas de capacitación denominadas “Escalamiento de palmeras de aguaje y buenas prácticas de cosecha”, promoviendo el aprovechamiento responsable de este importante recurso amazónico.
Estas jornadas estuvieron dirigidas a las comunidades nativas de San Felipe, Chambira, Santa María de Loreto, Patria Nueva y Copal Urco, contando con la participación de 31 personas, entre ellas 12 mujeres, quienes destacaron por su compromiso y liderazgo.
Las sesiones se desarrollaron en dos partes. En la primera, GERFOR explicó los procedimientos para el transporte formal del aguaje, detallando el uso correcto de las Guías de Transporte Forestal (GTF), mientras que OSINFOR abordó las responsabilidades vinculadas a los títulos habilitantes y las infracciones que podrían generarse por un uso inadecuado del recurso. Esta información permitió aclarar dudas clave sobre los pasos necesarios para garantizar la trazabilidad y legalidad del producto.
En la segunda parte, GGF facilitó una práctica en campo con el equipo de escalamiento, que permite recolectar los frutos sin dañar las palmeras, garantizando cosechas sostenidas año tras año. A diferencia de la tala, que obliga a esperar al menos ocho años para que una nueva palmera crezca y vuelva a producir, el escalamiento protege el ecosistema y mejora los ingresos de las comunidades tanto en el corto como en el largo plazo.
Con esta iniciativa, Green Gold Forestry reafirma su compromiso con la sostenibilidad amazónica, el manejo responsable del bosque y el empoderamiento de las comunidades locales.